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Francisco Mora: “El cerebro necesita emocionarse para aprender”

Clases, - 2017-02-21

emocionarse para aprender

En los últimos años estamos asistiendo a un proceso de revisión y reflexión sobre la educación, las metodologías más adecuadas para enseñar a los niños y sobre los conocimientos que deben adquirir. En este debate participamos profesores, padres, instituciones y también científicos. Entre estos últimos destacan las aportaciones de Francisco Mora, doctor en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford (Inglaterra). Además es catedrático de Fisiología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y catedrático Adscrito del Departamento de Fisiología Molecular y Biofísica de la Universidad de Iowa en EE.UU.

Mora, autor del libro Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama, es toda una autoridad en la materia y sus aportaciones al debate sobre el futuro de la educación son muy interesantes. El pasado día 17 pudimos leer una entrevista que fue publicada en el diario El País en la que reflexionaba sobre la educación. Además de recomendar su lectura queremos hacer algunas reflexiones, dado que es un tema que nos apasiona y que debatimos en nuestras reuniones. También hemos de decir que nos alegramos que ratifique con sus conclusiones científicas elementos básicos de nuestra metodología.

Lo primero que queremos destacar es que, como han demostrado los neurólogos, sólo cuando se activan las zonas cerebrales relacionadas con la emoción se activan las zonas relacionadas con el aprendizaje. Esta aportación de los científicos es fundamental, ya que convierten la sorpresa, la emoción o la curiosidad en elementos imprescindibles en el proceso educativo.

Ya no se trata de una opinión subjetiva que alguien puede aportar en este debate, son datos de los  científicos que estudian el cerebro y sus reacciones en el proceso de aprendizaje. Como señala el doctor Mora: “Hay que encender una emoción en el alumno, que es la base más importante sobre la que se sustentan los procesos de aprendizaje y memoria. Las emociones sirven para almacenar y recordar de una forma más efectiva”.

Los profesores de Inglés Divertido compartimos totalmente esta visión y está en la base de nuestra metodología. De hecho lo venimos comprobando día a día, cuando captamos la atención de los niños y conseguimos que se emocionen con la actividad que estamos haciendo es cuando logramos que avancen en su aprendizaje, que aprendan las estructuras gramaticales casi sin darse cuenta o que memoricen palabras o expresiones que les permiten comunicarse en inglés.

Nuestras clases son muy interactivas porque muchas veces la emoción va unida a la energía, los niños quieren participar, utilizar las expresiones que han aprendido y captar la atención de sus profesores y compañeros. Cuando ocurre es buena señal, la clase está fluyendo y las neuronas están activas, se está produciendo el aprendizaje.

Otra reflexión interesante que hace el doctor Mora y que compartimos se refiere a la brevedad de nuestra capacidad de atención, señalando que cada diez minutos se debería hacer un cambio en la clase. “Los profesores deben romper cada 15 minutos con un elemento disruptor: una anécdota sobre un investigador, una pregunta, un vídeo que plantee un tema distinto…”. Si esta afirmación es cierta en el caso de los adultos mucho más lo es en el caso de los niños.

Nuestras clases, en especial las de Infantil, están organizadas para hacer cambios de actividad cada diez o quince minutos. Son muy entretenidas y muy intensas, obligándonos a cambiar cada poco tiempo la actividad para conseguir que se mantenga el nivel de atención y los niños aprovechen al máximo sus clases.

Por último, también queremos destacar la información que aporta sobre la neuroarquitectura: “La Academia de Neurociencias para el Estudio de la Arquitectura en Estados Unidos, ha reunido a arquitectos y neurocientíficos para concebir nuevos modos de construir”. En este tema también estamos totalmente de acuerdo con Francisco Mora, de hecho en nuestro nuevo centro de la calle Casillas de Prats nº 7, hemos podido contar con las magníficas ideas aportadas por Yedra Arquitectura, expertos en reflejar en sus proyectos arquitectónicos todos los aspectos que faciliten el aprendizaje en un entorno abierto, participativo y creativo.

En resumen, la sociedad está cambiando a toda velocidad, a la misma velocidad que la tecnología revoluciona nuestra economía o los conocimientos que requieren ahora las empresas a sus trabajadores. La educación también tiene que cambiar y todos debemos estar muy atentos a las aportaciones de los científicos y a todo lo que facilite que la educación de los niños sea cada vez mejor y ellos puedan aprender el máximo, de la mejor manera posible, para que aporten a la sociedad ideas geniales y creativas cuando sean mayores.

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